sábado, 4 de marzo de 2017

BULLYING, UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

              

              Entendemos como bullying aquella conducta de persecución, ya sea física como psicológica, que realiza un alumno (o bien un grupo de ellos) contra otro/a al que se escoge como víctima de repetidos ataques, persistentes en el tiempo, situando a la víctima en una posición de la que les difícil escapar por sí misma. Entre las conductas de acoso escolar más habituales encontraríamos el acoso físico, las burlas o insultos, la exclusión social o la discriminación,si bien pueden darse otras muchas manifestaciones.
                El bullying ha sido reconocido por la Asociación Americana de Psicología (APA) como un grave problema de salud pública, estimando que afecta alrededor de 24 millones de personas cada año. Esta situación puede provocar en las víctimas de acoso escolar problemas de adaptación, soledad, ansiedad, fobia social y/o escolar, baja autoestima, depresión, bajo rendimiento escolar, rabia en el hogar y síntomas psicosomáticos que pueden resultar difíciles de detectar a las familias, pues un elevado número de víctimas de bullying tiende a ocultar su situación a sus familiares directos, optando por permanecer en silencio.
                No hay que olvidar que en una situación de este tipo intervienen diversos tipos de roles, a ver: el agresor (o agresores), la víctima y los testigos de este sádico espectáculo. Por tanto, es necesario la aplicación de programas de detección e intervención que tengan en cuenta a todo el centro como comunidad, evitando centrarse en el tándem “víctima-agresor”.
                Las intervenciones más eficaces son las que se realizan a nivel preventivo, regidos por la Educación Emocional y la Psicología Positiva, fundamentando las relaciones del centro escolar en los derechos y deberes de todas las personas y apostado por el diálogo como forma de abordar los conflictos interpersonales.  Trabajar la empatía (ponerse en el lugar del otro, ayudar y cooperar), las habilidades sociales (comunicación, escucha activa, diálogo, negociación para la toma de decisiones…), los valores de la convivencia y desarrollo moral, la denuncia social y el pensamiento crítico son actuaciones altamente eficaces en la prevención del acoso escolar.
                Así mismo, es importante que la escuela pueda detectar la situación de violencia escolar precozmente una vez que ésta ya se ha producido, aplicando protocolos de observación y administrando  cuestionarios sociométricos anónimos en los que los estudiantes pueden informar de los nombres de las víctimas y agresores. Es importante que, una vez detectada la existencia de bullying, los centros desarrollen programas de intervención que fomenten la capacidad de cooperación y de resolución de problemas de forma constructiva, así como el autocontrol, o bien programas validados contra el acoso escolar, así como que apliquen el protocolo de actuación del centro y su código disciplinario en los casos necesarios. 


Documento redactado por:

Noelia Belmonte Hernández
Psicòloga col. 12 659

Posgrau en evolució normal i patológica
Posgrau en neuropsicologia clínica
Màster en Psicologia de la Salut
Especialista en Test de Rorschach


Formació en psicoteràpia psicoanalítica de nens, adolescents i adults