1.- La capacidad de planificación y priorización, que implica la segmentación de tareas para llegar a la consecución de una meta y la capacidad para diferenciar la información principal de la secundaria.
2.- Organización, que se define como la capacidad para iniciar una tarea y mantener la trayectoria y seguirla tanto física como mentalmente hasta conseguir el objetivo deseado.
3.- Pensamiento flexible, que significa la capacidad para adaptarse a los acontecimientos inesperados, regulando los pensamientos y acciones de forma adecuada.
4.- Memoria de trabajo, que es la capacidad para mantener la información clave en la mene durante el tiempo suficiente como para poder operar con ella.
5.- Control de impulsos, que es la habilidad que ayuda a pensar y valorar las consecuencias de los actos antes de hacerlos.
6.- Autocontrol, que es la habilidad que permite a las personas evaluar el impacto de sus acciones en el mundo y mantener sus pensamientos, emociones y actos bajo control.
Las funciones ejecutivas se van desarrollando con el paso del tiempo, siendo immaduras en los niños pequeños y mejorando progresivamente en la vida adulta si bien pueden verse afectadas en personas con sintomatología congruente con dificultades atencionales o impulsividad (TDA/H), trastornos del espectro del autismo (TEA) o en personas sometidas a un fuerte estrés, por ejemplo.
En estos casos, siempre puede ser beneficiosa una terapia de tipo reeducativo para proporcionar estrategias y eliminar hábitos nocivos.
Documento redactado por:
Noelia
Belmonte Hernández
Psicòloga
col. 12 659
Posgrau
en evolució normal i patológica
Posgrau
en neuropsicologia clínica
Màster
en Psicologia de la Salut
Especialista
en Test de Rorschach
Formació
en psicoteràpia psicoanalítica de nens, adolescents i adults
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